25 ago 2011

El reparto de la comida



Un joven que llamó a la puerta de una posada, fué invitado a comer con el dueño, su esposa, sus dos hijas y sus dos hijos.

Sentados todos a la mesa, sirviéndose cinco palomas y una gallina, rogando entonces el dueño al joven que hiciese la distribución.

Repartió una paloma entre los dos hijos, otra entre las dos hijas, una tercera entre los dos padres, y él reservóse las dos restantes.

El posadero quedó asombrado de tal sistema de distribución; pero, no obstante, se abstuvo de decir nada. Llegado el momento de servir de la gallina, fué invitado el forastero a partirla, y dar a cada uno su parte, lo que hizo el joven con la mayor satisfacción; dió al dueño y su esposa la cabeza, una pierna a cada uno de los hijos y un alón a cada una de las hijas, y pusose él toda la pechuga y cuerpo en su plato.

El dueño no pudo aguantar más y pidió al joven una explicación acerca de tan original modo de repartir los manjares.
-He hecho el reparto que he creído más equitativo –contestó el aludido. –Usted, su mujer y una paloma suman tres; otra paloma y sus dos hijos suman también tres, lo mismo que la tercera paloma y sus dos hijos; para obtener la misma suma yo necesitaba dos palomas; he aquí la explicación. Y referente a la gallina la aclaración es sumamente fácil también: -ustedes, dijo –dirigiéndose al matrimonio –son la cabeza de la familia, y por ello les di la cabeza de la cabeza de la gallina; a sus hijos, que son el sostén. Les serví los muslos, y a las hijas, porque han de casarse y extender sus alas volando lejos de la casa, les serví los alones de la gallina; quedó el resto para mí, por tener la pechuga una forma parecida a la de un buque, toda vez que en un navío vine a este país y en otro pienso volver a mi hogar.

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